- Cuando te presentas a un proceso de selección hay dos partes que firman un acuerdo: la empresa te elige a ti, pero no olvides que tu también la estás eligiendo a ella. Hoy en día parece que está muy de moda eso de trabajar en cualquier sitio y bajo cualesquiera condiciones, y no es así. Si haces una entrevista, dos, tres, cuatro… tu campo de visión será muy pequeño. ¿Por qué no ir a cien o ciento cincuenta procesos antes de tomar una decisión?
- Un proceso de selección no es una prueba de azar: los procesos de selección pueden y deben prepararse. Cada minuto de entrevista requiere una hora de autoconocimiento. Podemos controlar cerca de un 40% del éxito de nuestras entrevistas: que vamos a contar, cómo vamos a contarlo, preguntarnos si se adapta a los valores de la empresa. No salir de una entrevista de una hora y media y mientras, aún nerviosos, tomamos un café, recordar que no hemos ni mencionado nuestra experiencia Erasmus.
- Ser auténtico. Cuando no eres tú mismo en un proceso de selección solo pueden pasar dos cosas: o que tu seas infeliz en tu puesto de trabajo, por tener que fingir ser lo que no eres; o que tu jefe sea infeliz contigo, por haber contratado a alguien que no es quien aparentaba ser.
- Ser empático. Empatía… como herramienta útil. Detectar las emociones que estamos despertando en nuestro entrevistador y controlar la situación. Ser conscientes de si lo que decimos hace asentir a nuestro futuro empleador con la cabeza o por el contrario está empezando a mirar el reloj.
- Generar confianza. Seamos realistas, ¿acaso nosotros contrataríamos a alguien que no nos transmita confianza? En procesos de selección es imprescindible perder el miedo a abrirse y a hablar de uno mismo.
- Define tu propuesta de valor. Define bien que aportas, que te diferencia del resto de candidatos. ¿Cual es tu marca personal?
- Conoce tu potencial. El mercado busca y capta potencial en su tejido. Conocerlo y demostrarlo es marca de talento.
- Utilizar números y resultados. Tu éxito se mide cuantitativamente. Encuentra la forma de ponerle números a tus respuestas, el tanto por cien de tu éxito.
- Ten un objetivo, y transmitelo. ¿Cual es tu motivación? ¿Qué te ha llevado hasta esta entrevista? No dejes esta información al azar.
- Pon un cierre. No pierdas de vista tu objetivo a lo largo de toda la entrevista. Al final reivindica tus intenciones. Que no te líen.
Excelente entrada David. You´re my hero!
Se me estará pegando algo de seguir en redes al mejor! #Salaos